Un
año más quedamos en la iglesia de S. Julián de los Caballeros para hacer el
envío de los sembradores de estrellas y recorrer las calles de Toro. A pesar de
que hacía mucho frío, nos reunimos unos cien niños junto a los párrocos, las
catequistas, un montón de padres y el coro que siempre canta en las misas de
niños que celebramos todos los domingos.
Todos
llevábamos puesto un gorro de papá Noel y una gran estrella pegada en nuestro
abrigo porque éramos sembradores de estrellas. Algunos llevaban panderetas y
todos llegaban cargados de una gran ilusión por participar en grupo para
anunciar la Navidad.
Después
de hacer el envío y leer un relato, nos repartieron las estrellitas que
debíamos pegar a todos los que encontráramos para anunciar que la Navidad
estaba cerca.
Acabamos
nuestro recorrido en la Colegiata, donde cantamos villancicos delante del
nacimiento y nos despedimos hasta el año que viene.
La gente cuando nos veía se alegraba, nos sonreía y era muy amable con nosotros.
Cada vez que ponía una estrella me sentía muy feliz.
Ha
sido una mañana muy bonita, el año que viene repetiré sin dudarlo porque me ha
gustado mucho participar.
Hemos pasado una mañana muy alegre.
La gente se alegraba al vernos cantar. Me he sentido muy bien y muy contenta.