miércoles, 1 de marzo de 2017

Encuentro de Empleados y Voluntarios OMP

Obras Misionales Pontificias celebra su encuentro anual de formación para empleados y voluntarios “misioneros de retaguardia”, que  trabajan a lo largo de todo el año para mantener viva la llama de la Misión en la Iglesia española.



Como cada año, OMP celebra a partir de mañana un encuentro de formación y convivencia para sus trabajadores y voluntarios, que desde las delegaciones diocesanas de misiones de todas las diócesis españolas son el pulmón de la sensibilización misionera en España. Se buscar ofrecerles formación para dar solidez al trabajo realizado y ayudarles a saberse “misioneros de retaguardia” que desde su trabajo escondido colaboran con la causa misionera de la Iglesia. Durante dos jornadas más de 135 trabajadores y voluntarios, venidos de 37 diócesis, reflexionarán acerca de la identidad de la Obra de San Pedro Apóstol y compartirán inquietudes y experiencias de sensibilización misionera que llevan a cabo en sus diócesis.

Esta XIV edición del Encuentro de formación, se centrará en el carisma de la Obra de San Pedro Apóstol, la Obra Pontificia encargada del sostenimiento de las vocaciones que surgen en los Territorios de Misión –conocidas como Vocaciones Nativas-. Lo hace con invitado de lujo, venido desde el Vaticano. El secretario general de esta obra a escala internacional inaugurará las Jornadas, explicando los nuevos retos de la Obra. Esta visión institucional se enriquecerá con testimonios de tres vocaciones nativas –nacidas en Brasil, Benín y China-, que explicarán las dificultades vividas para poder seguir adelante con su vocación. La reflexión teórica se completará con el intercambio de experiencias diocesanas de sensibilización misionera.

Pero el objetivo de este encuentro es doble. No sólo se ofrece formación, sino que se propicia un clima de convivencia para que todos los compañeros que trabajan en OMP por toda Españapuedan conocerse personalmente. “He asistido a todos los encuentros (14 celebrados hasta ahora), y además de la formación misionera que recibimos, son una oportunidad muy buena de poner cara a las personas con las que hablas a diario, y que no conoces en persona” explica Manuel Moya, responsable del departamento de Logística de la Dirección Nacional de OMP, quien entró a trabajar en la institución con 14 años, con la autorización firmada por sus padres. Gracias a su trabajo, los materiales de las Jornadas misioneras –carteles y huchas del Domund, pegatinas, sobres…- han llegado a todas las parroquias de España en los últimos 40 años.

Los más veteranos se encontrarán con personas que acaban de empezar a trabajar en la causa misionera de la Iglesia. Personas como Monsterrat Prada, que se incorporó a la delegación de misiones de Zamora desde el pasado junio. “He tenido otros empleos, pero para mí trabajar aquí significa trabajar para Dios y poder ayudar a los misioneros a que su labor sea un poco más fácil”. Estas serán sus primeras jornadas de formación, y asistirá con su marido, que es voluntario de la misma delegación.

Las Obras Misionales Pontificias es una familia donde compartimos no sólo nuestros trabajos sino también la pasión por la misión que va mucho más allá de la preparación y celebración de las jornadas”, explica Anastasio Gil, director nacional de la institución y promotor del encuentro. “Por eso es para todos un gozo y un don poder compartir nuestras ilusiones y experiencias en un clima de fraternidad y de descanso”.