miércoles, 19 de abril de 2017

Las Misioneras Hijas de la Caridad de Larche.

La misionera zamorana Chonchita Villarino, tiene 56 años y  es hija de la Caridad y desarrolla su actividad en Larche, Marruecos como coordinadora general de la obra misionera que llevamos a cabo en el Centro de Obras  Sociales de la Media Luna Roja, además de la atención a los beneficiarios de la biblioteca, becas escolares, estudiantes universitarios.

Tenemos un centro de día con 14 ancianos que no tienen familia y que no son atendidos porque no existen instituciones públicas que presten este servicio. Vienen pronto y desayunan, se asean y cambian de ropa. Les lavamos la ropa aquí y cada uno tiene su parte de armario con sus cosas. Luego comen y se llevan la cena a casa. 
Disponemos de tres aulas de Preescolar (3, 4 y 5 años) a la que asisten 75 niños de la zona y algunos de un poco más lejos. Llegan de 8.45 a 9.00 horas, desayunan y tienen clase hasta las 11.15 que salen al recreo. Comen sobre las 11.45 y se acuestan la siesta hasta las 14.30; de 15.00 a 16.30 vuelven a clase y se van después de merendar.
Seguimos el programa del gobierno que es muy parecido al de Francia salvo que es en árabe. Tenemos libros de texto y material adecuado, además de juegos educativos y espacios para la psicomotricidad gruesa. Cuando salen del centro para la escuela pública los niños bien motivados saben leer bastante bien y escriben frases. Van bien preparaditos a la escuela para que estén en las mismas condiciones que otros niños que hayan asistido a escuelas privadas de Preescolar. 

Para los niños ya escolarizados tenemos la biblioteca de apoyo escolar a la que asisten unos 120 estudiantes de 1º de Primaria hasta universitarios, cada uno con un tipo de exigencias. Está muy bien dotada con libros de consulta de todo tipo y diccionarios, gramáticas de francés e inglés, … Igualmente dispone de un aula de informática con 8 ordenadores con internet, además del que está en la biblioteca donde pueden consultar a diario. 
Más de la mitad de los que vienen a la biblioteca comen también en la cantina escolar todos los días y se van a casa después de la merienda cuando tienen la tarde libre de clases en la escuela o el instituto. La mayoría de ellos tienen beca de España y les proporcionamos los libros de texto y el material escolar, mochilas, estuches y ropa un par de veces al año.
En la biblioteca tenemos baño para chicos y chicas y vienen a ducharse durante la semana en horario de 8.30 a 10.00 todos los días y los miércoles de 15.30 a 17.30 al menos 25 a la semana.
Además de estos estudiantes del entorno hacemos el seguimiento escolar a otros 150 que viven más lejos y a los que también se ayuda para que sigan adelante con sus estudios. Entre ellos un grupo de 6 estudiantes extranjeros africanos: Guinea, Mali, Ghana, Centroáfrica, Senegal.

Para la promoción de la mujer rural tenemos un taller de costura y alfabetización a la que asisten 31 chicas del campo a las que una hermana va a recoger todos los días en autobús. Solo se admiten después de 6º de primaria pero con más de 14 años porque en un momento dado deben usar máquinas de coser y preferimos que tengan por lo menos 15 o más años para ello. 
Todos los días tienen clase de árabe, matemáticas, un poco de francés e informática para que tengan unos rudimentos al menos. En el taller se les imparte bordado a mano, bordado a máquina y Corte y Confección. Llegan a las 9.15 y se van a las 15.00 horas de la tarde. Comen aquí. Se marchan después de cuatro o cinco años con tres diplomas avalados por la Media Luna Roja Marroquí que son muy valorados por las fábricas de confección y calzado de la zona, además de una formación que les facilita el desenvolvimiento en las instituciones del tipo que sea para gestionar papeles, solicitudes,… bancos, tiendas. Cuando se van no parecen las mismas chicas que vinieron al principio.

En los locales donde están los ancianos hay tres cuartos de baño que usan varias mamás muy necesitadas para bañar a sus hijos desde bebés hasta los 6 ó 7 años. A la mayoría de ellas se les da leche en polvo o de farmacia para sus bebés, hasta los 3 años, porque no pueden darles de mamar o una vez que los destetan no tienen medios para comprarles un poco de leche. A estas familias se les da comida de vez en cuando y ropita y juguetes de la campaña “Un juguete una ilusión” para los niños. Hay unas veinte familias que se benefician de este servicio.

Al menos a 30 familias de estos colectivos se les ayuda todos los meses con comida porque el salario de los maridos es muy escaso y pasan hambre o enferman por falta de una alimentación suficiente. La ayuda con medicamentos también es importante porque para ellos son muy caros (cuestan lo mismo que en Europa solo que con salarios 10 ó 12 veces inferiores). A algunos no podemos menos que pagarles operaciones porque si no se mueren o no pueden trabajar para dar de comer a su familia.
Para completar nuestro servicio facilitamos que arreglen un poco o un mucho sus casas cuando son propias o alquiladas: tejados o azoteas que se calan, poner ventanas que no tienen, meter la luz o el agua o ambas cosas, hacerles un cuarto de baño completo con su calentador de agua. Les compramos algunos enseres necesarios; frigoríficos, cocina de gas, algún colchón, mesas, la puerta de la calle que era una cortina…
Con vistas a que trabajen, también les proporcionamos dinero para que compren material propio de su oficio: instrumental de peluquero, enseres de cocina a los que han terminado restauración, máquinas de coser a las alumnas del taller que terminan, y hasta una barca y un motor y redes para un hombre que ha pescado toda la vida o un caballo que arrastra un carro con mercancías.
  
Conchita Villarino
Coordinadora Media Luna Roja Larche