El próximo domingo 11 de marzo,
a las 13 horas, “Misioneros por el
Mundo” llega a Japón. Allí, un
centenar de misioneros españoles entregan su vida a través de su presencia
silenciosa, y permanecen como custodios de la sangre de los mártires. El
programa nos presentará a un misionero en Nagasaki, y a dos misioneras y un
misionero en la diócesis de Osaka.
Antonio García Fernández, es un jesuita nacido en Granada
que lleva 67 años en Japón. Con 20 años, sintió que el Señor le
llamaba a ser misionero en ese país. Actualmente, preside el Museo de los 26
mártires de Nagasaki (entre ellos, 6 franciscanos españoles), donde su labor es
“mantener la memoria viva” de esos cristianos. De la mano de este misionero,
TRECE nos presenta el escenario de un heroico testimonio de fe, donde fueron
crucificados los mártires hace más de 400 años. El jesuita también es nuestro
guía en el monumento donde cayó la bomba atómica. En 1945, había unos 12.000
bautizados registrados en Nagasaki; unos 8.500 murieron durante el bombardeo.
Teresita y Mª Jesús son las
únicas Carmelitas de la Caridad españolas que quedan como misioneras en Japón,
en este momento trabajando en la diócesis de Osaka. Atienden un colegio donde
prácticamente ningún alumno es católico, pero que acuden debido a la alta
valoración que la educación católica tiene en el país.
Teresita Álvarez Pellitero, nació en León; en 1964 llegó a
Japón porque su Congregación necesitaba una hermana que enseñara música. La
misionera comenta que la sociedad japonesa “no siente la necesidad de Dios
porque lo tiene todo; y el consumismo les consume”. En el Barrio de las
Estrellas visita 3 residencias de ancianos (Japón tiene la población más
longeva de Asia). Los ancianos se ponen muy contentos con la visita de las
monjas, porque casi nadie les visita. Teresita hace un llamamiento ante
las cámaras para que vayan misioneros a Japón, porque allí “hay mucha soledad,
mucho estrés, muchas personas enfermas… y mucho trabajo que hacer“.
Mª Jesús Hernández Hernández, es de Cascante (Navarra).
Aunque pidió ir a la India, la superiora le envió a Japón en 1962. Esta
misionera tiene un grupo donde enseña la Biblia a las mamás de los niños de parvulario.
También les enseña el bordado lagarterano como un modo de llegar a la
sensibilidad de la mujer japonesa.
José Antonio Izco, es un sacerdote diocesano de
Pamplona, que pertenece al Instituto de Misiones Extranjeras (IEME). Desde el
castillo de Himeji afirma que desde ese sitio se entiende mucho de la historia
y del corazón de Japón. Allí llegó san Francisco Javier, el patrón de las
Misiones, después de haber estado en China. No consiguió el permiso de los
principales de la ciudad para predicar, pero dejó huellas y cristianos; con el
santo navarro entró el cristianismo y la civilización occidental en Japón. El
misionero rescata lo bueno del pueblo japonés y afirma que la dificultad de la
conversión se produce a veces porque sienten que al abrazar el cristianismo
están siendo infieles a su tradición y su historia. “Convertirse es enamorarse
de Jesucristo y es lo que nosotros tratamos de predicar”.
TRECE emite “Misioneros por el
mundo” los domingos a las 13 horas (después de la Misa)