Hace más de 30
año que las Hijas de la Caridad se
embarcaron en la aventura de servir a los más pobres de la ciudad de Ksar el Kebir, en Marruecos. Conchi Villarino,
misionera zamorana de la
congregación, nos acerca a través de estas líneas su realidad diaria.
En El Kebir llevamos a cabo tareas de alfabetización
de la mujer, que se complementan con
aprendizaje de costura, punto y crochet, un comedor y biblioteca escolar y el
dispensario donde se atendían a tantísimos enfermos. Completamos nuestros
servicios con una pequeña guardería de 3
a 6 años que aunque empezó teniendo pocos niños, actualmente se matriculan 90 alumnos y alumnas siempre de familias muy humildes.
¿Cómo conseguimos sacar la labora delante?
Formando muy bien a nuestros
trabajadores para aplicar las técnicas didácticas apropiadas para que los alumnos estén bien motivados y aprendan con facilidad. Nos hemos valido durante mucho
tiempo de material pedagógico de España,
adaptándolo al país y actualmente ya existen libros de texto en Marruecos. No hace falta decir que todos
está en árabe y que el Islam empapa todos los materiales que utilizan. Está prohibido el proselitismo y aunque
no podemos evangelizar, si les inculcamos muchísimos valores como la
solidaridad, el perdón, la gratitud, la alegría, la verdad… y tanos otros que
no se prodigan mucho por aquí.
El día a día
en la guardería es el siguiente: llagan sobre las 9h se ponen los babis,
desayunan leche con cacao y pan con mantequilla o mermelada. Después trabajan
sus fichas y sus libros, luego pueden tener asamblea para el tema de la semana
o juegos asociativos propios de su edad en preescolar. Una vez a la semana
viene un profesor de música voluntario y están una hora aprendiendo canciones
propias de su edad en árabe, francés y a veces en español, explicándoles antes
lo que cantan. También tienen clase de informática
en la que resuelven juegos de asociación, seriación, colores, francés, árabe… y
a manejar muy bien el ratón aunque sea jugando.
A las 11:30h
tienen recreo y a las 12h van al comedor en el que el menú puede ser: arroz,
legumbres, fideos, pollo, huevos, atún en lata, pan.. y de poste mandarinas y
naranjas que se cultivan en la huerta o alguna vez manzanas. Después duermen
una buena siesta hasta las 14:15h que continúan el estudio hasta las 16:30h que
se les da la merienda: pan con chocolate, mermelada, mantequilla o algún dulce.
Cuando hay
fiesta religiosa, a veces hacemos fiesta en la guardería y vienen vestidos con
sus trajes tradicionales todos muy guapetones. Gracias al proyecto “Un juegue, una ilusión” de RTVE podemos darles un
juguete un par de veces al año y se ponen locos de contentos.
Después de
estar tres años con nosotros salen bien
preparados para comenzar la escolaridad obligatoria y muchos vuelven a casa
a contarnos como les va y a decirnos las buenas notas que están teniendo. Algunos de ellos continúan después con
nosotros en el comedor o en la biblioteca escolar. Los padres siempre están muy agradecidos por lo que hacemos por ellos. Solemos siempre
visitar sus casas para conocer de cerca la situación en la que se encuentran.
Este gesto con ellos les da mucha alegría, porque nadie va a visitarlos nunca.
¿Cómo
conseguimos económicamente mantener todo esto? Gracias a los donativos generosos de particulares y a algunas instituciones como las Obras Misionales
Pontificias a través de Infancia Misionera, a Radio Televisión Española, a Cáritas
Barcelona y nuestra propia
congregación de las Hijas de la Caridad. Unas veces tenemos más fondos que
otras. Estiramos el dinero bien todo lo que podemos, para poder llegar a todo,
aunque nunca hay suficiente para atenderlos como a nosotros nos gustaría y
ellos necesitarían. También nos ayudan con donativos
en especie: leche en polvo y chocolate que nos da una fábrica de Ceuta y arroz
una fábrica española en Marruecos.
Somos las únicas cristianas en la ciudad
pero nos respetan mucho y valoran
más la ayuda que prestamos a tantas necesidades de la ciudad y desde hace
tantísimos años. Actualmente tiene
muchos más servicios de promoción de la mujer, atención a bebes malnutridos y
lo demás arriba señalado pero con mucha
más extensión.: “la mies es mucha y los obreros pocos” ya lo decía el Señor.
Fuente: Conchi Villarino