Pedro Rosón, misionero en Perú, atiende un asilo para personas sin hogar, muchas de ellas con graves enfermedades.
Nos acerca el relato de un encuentro, como la buena voluntad de la gente puede hacer que pasen cosas extraordinarias:
"En el año 2005 avisaron al Asilo “San José” que hay una joven
con signos claros de trastornos mentales abandonada en la plaza de Chimbote
junto a la catedral.
Juanita García Valverde, creadora y alma de este Asilo
inmediatamente en la furgoneta que tiene este asilo se desplaza a recogerla. Es
de la Ciudad de Trujillo (Perù),; unas personas la llevan en un coche, la bajan
en la plaza y se marchan a toda prisa dejándola abandonada.
La joven se llama
Lili, tiene unos 20 años, da unas muestras de cariño muy grandes a una muñeca
con la que está día y noche. Incluso para comer la ponen en una silla a su
costado. Ella dice que es su hijo. Tiene un comportamiento bastante anormal y
algunas veces alterado.
Poco a poco se van conociendo detalles de su familia y de su
persona. La mamá la ha visitado algunas veces. Es de familia socialmente bien
acomodada; a los 20 años queda embarazada, y al nacer su hija por cesárea le
recogen la niña en una entidad .
Hoy la hija tiene 13 años, se llama MILAGROS, y está en un albergue de una ONG Italiana.
Esta niña muestra un gran interés de conocer a su madre.
La Institución se pone en contacto con nosotros en el Asilo y
acordamos tener un encuentro en el Asilo.
Una mañana del mes de agosto, a primera hora se presentan un
P. Jesuita italiano, varias educadoras del Centro, italianas y
peruanas en el Asilo y allí en un silencio muy respetuoso con los
sentimientos contemplamos con los ojos humedecidos la ternura del abrazo de
madre e hija fundidas las dos sin mediar
palabra. El abrazo es largo.
La niña Milagros vive el milagro de conocer a su madre a los
13 años. La cámara fotográfica recoge esa imagen para inmortalizar lo que una
CADENA DE BONDADES ha hecho posible con
los eslabones de muchas personas escondidas en el anonimato ."
Pedro Rosón