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viernes, 17 de marzo de 2023

¡Vuelve el Encuentro Misionero de Jóvenes!

Con el lema “Carismas misioneros” del 21 al 23 de abril tendrá lugar en el Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial, el XIX Encuentro Misionero de Jóvenes, al que están invitados todos aquellos que sientan la inquietud misionera y tengan la misión en el corazón o hayan participado en experiencias temporales en la misión.


Este evento misionero para jóvenes se centrará en los diversos modos y caminos de la cooperación misionera. Son los carismas misioneros, en especial los carismas de la misión ad gentes, cauces a la participación de los jóvenes en la misión universal de la Iglesia. La idea de este encuentro surge de la celebración el año pasado de los centenarios de las Obras Misionales Pontificias, que llevó a una toma de conciencia de la importancia de los distintos carismas misioneros dentro de la Iglesia. De ahí, el objetivo que anima este encuentro, que no es otro que fomentar el espíritu, la conciencia y la cooperación sea espiritual, material o personal de los bautizados, especialmente de los jóvenes. En este encuentro se quiere constatar, una vez más, cómo los jóvenes ya participan de una manera activa y comprometida en la misión de la Iglesia, a la vez que se busca fomentar y apoyar su actual compromiso misionero y dar a conocer nuevas maneras de cooperar con la misión.

El encuentro comenzará el viernes 21 de abril después de la cena, con la acogida. El sábado 22 por la mañana se dedicará a una dinámica para conocer diferentes carismas misioneros, seguida de la adoración eucarística. Por la tarde habrá una mesa redonda de testimonios misioneros que muestren la experiencia concreta de algunos carismas misioneros, se conocerá la labor de coordinación de estos carismas que realiza el Servicio Conjunto de Animación Misionera (SCAM) y terminará con el rezo del rosario misionero. Por la noche se ofrecerá a quienes quieran participar un “fuego de campamento” en el que compartir experiencias misioneras, música y amistad. El domingo 23 por la mañana estará dedicado a conocer a fondo la nueva plataforma digital misionera para jóvenes Supergesto y a ponerla a disposición de los jóvenes para la difusión de sus experiencias, carismas, grupos, etc. El programa del encuentro se puede ver aquí.

Pueden participar en este encuentro jóvenes menores de 35 años interesados en la actividad misionera de la Iglesia y grupos de jóvenes que participan en experiencias misioneras temporales. Para inscribirse la Conferencia Episcopal Española ha habilitado este enlace.

Fuente: OMP España

lunes, 13 de marzo de 2023

Cotelo y Carlota Valenzuela se unen para hacer lío y mostrar la cara más vibrante de la Iglesia del siglo 21

 La serie ¡Hagamos lío! es el nuevo proyecto de Infinito+1, para el que Juan Manuel Cotelo cuenta con Carlota Valenzuela, la joven que durante un año peregrinó a pie a Tierra Santa: 


«La Iglesia del siglo XXI despliega un sinfín de iniciativas eficaces al servicio de los demás, lideradas por todo tipo de personas de la calle. Es una Iglesia alegre, sacrificada y valiente. Muchos no lo saben, porque nadie se lo ha contado. ¡Hagamos lío! es una serie de documentales con historias reales y actuales que muestren el rostro más atractivo de la Iglesia, hoy. Y el más comprometido. ¡Contamos contigo!».

Para poder hacer realidad este proyecto tan bonito han lanzado una campaña de crowdfunding con la que esperan alcanzar los 180.000 euros en solo 40 días. Afirman que lo hacen así para: «depender exclusivamente de las personas que aman el proyecto, sin más interés que el bien de los potenciales espectadores. Para garantizar el control de los contenidos y su difusión gratuita posterior, sin depender de otros agentes del mercado».

Fuente: Supergesto

lunes, 6 de marzo de 2023

¡Jóvenes, sed misioneros de la dignidad humana para acabar con la trata de personas!

 Con motivo de la IX Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas el papa Francisco ha querido enviar un videomensaje centrándose en dos conceptos clave: el valor de la dignidad humana y el protagonismo de los jóvenes en su defensa.



Dirigiéndose a ellos en particular, el Papa afirma: «La trata de personas desfigura la dignidad. La explotación y el sometimiento limitan la libertad y convierten a las personas en objetos de uso y de descarte. Y el sistema de trata se aprovecha de las injusticias e inequidades que obligan a millones de personas a vivir en condiciones de vulnerabilidad. La crisis económica, las guerras, el cambio climático, la inestabilidad, hacen que las personas sean reclutadas más fácilmente por los traficantes, por lo que el fenómeno de la trata lamentablemente crece a un ritmo preocupante», tal y como ha informado la Agencia Informativa Católica Argentina.

El Papa reconoce que «vivimos tiempos difíciles», pero asegura que «es precisamente en esta realidad que todos, especialmente los jóvenes, estamos llamados a unirnos para tejer redes de bien, para difundir la luz que viene de Cristo y de su Evangelio». Caminad con los ojos abiertos para reconocer los procesos que llevan a millones de personas, especialmente jóvenes, a ser traficadas para ser brutalmente explotadas, siendo capaces de proteger los derechos y la dignidad de toda persona.

Fuente: Supergesto

Juan Carlos Mayoral, misionero de la OCSHA en Perú: “La obra de la OCSHA es llegar a todos los rincones del mundo, por todos los medios habidos y por haber, para anunciar a Cristo”

 El primer domingo del mes de marzo, el día 5, se celebra en España el Día de Hispanoamérica. Es la jornada que recuerda la especial vinculación misionera que une a las Iglesias de América y España. Y que también conmemora, especialmente, a los más de 3.000 sacerdotes españoles que han ejercido su labor evangelizadora en América, durante estos 74 años, a través de la OCSHA (Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana).


El domingo 5 de marzo, segundo domingo de Cuaresma, la Iglesia española celebra el Día de Hispanoamérica, con el lema “Hermanos en la Fe”. Una Jornada organizada por la Conferencia Episcopal Española (CEE), desde 1959, para recordar a los sacerdotes, religiosas y religiosos, consagrados y laicos misioneros en Latinoamérica (el 67% de los misioneros españoles están allí), pero en especial a los pertenecientes a la OCSHA. “¡Es de bien nacidos ser agradecidos!”, explica el padre José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), y secretario de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación con las Iglesias. Añade que “España tiene más de 3.500 misioneros en Hispanoamérica, y es de justicia que, al menos, una vez al año demos gracias a Dios por su vida, por su entrega, por su testimonio”.

La misión aquí

En medio de la Cuaresma, se celebra esta jornada, en la que se pide a todos los católicos en este tiempo: oración, ayuno, y limosna. Así lo señala el director de las OMP, “rezamos en acción de gracias, rezamos por ellos, nuestros misioneros”. Además, tenemos que orar para que “en España sigan naciendo vocaciones misioneras entre los jóvenes, dispuestos a llevar a Cristo y el Evangelio a nuestros hermanos de América”.  D. José María continua pidiendo la colaboración de todos: “me gustaría ser capaz de hacer que los sacerdotes y consagrados en España descubrieran lo importante y necesario que es acompañar a nuestros misioneros” y, como es tiempo cuaresmal, nos recuerda que “con nuestra oración y nuestros donativos podemos hacer posible que la evangelización sea una realidad hoy”.

La misión allí

Seguro que estas oraciones y donativos llegan a Perú, donde el misionero de la OCHSA de Talavera de la Reina, Juan Carlos Mayoral, lleva 17 años (los mismos que de sacerdote). Él mismo nos explica la labor que se lleva a cabo: “la obra de la OSCHA entiendo que es la Obra de la Iglesia católica, que es llegar a todos los rincones del mundo”, y a esto contribuye el Día de Hispanoamérica que vamos a celebrar.  También, Juan Carlos nos cuenta la forma de llevar la Buena Nueva en los territorios de misión: “por todos los medios habidos y por haber, para anunciar a Cristo.” Este sacerdote, de la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, habla sobre el carisma que les mueve: “y esto, la OCSHA, lo realiza con sacerdotes que se ofrecen y están dispuestos a dar su vida para ir a donde la Iglesia, que es su Madre, les envíe.”

Hermanos en la fe

Cada año, el Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina envía un mensaje que sirve de reflexión sobre esta jornada. El mensaje, hecho llegar por el cardenal Marc Ouellet, presidente hasta el 30 de enero de la Comisión, tiene como título “Hermanos en la fe”. En la carta destaca: “El Día de Hispanoamérica es un momento particular que nos ayuda a cobrar conciencia de todo el bien recibido, tanto en el «nuevo mundo» como en España, a través de la acción evangelizadora de la Iglesia durante cinco siglos.” El cardenal en su mensaje llama la atención sobre quienes utilizan la evangelización de forma partidista: “Este proceso es fácil de poner en cuestión para quienes utilizan el poder como criterio principal de interpretación histórica.”  Pero recuerda que “la lógica de la espada fue corregida y reorientada por el testimonio de muchos de los primeros evangelizadores y, principalmente, por la milagrosa aparición de la Virgen santa María de Guadalupe a san Juan Diego en el cerro del Tepeyac en 1531.”

Datos del Día de Hispanoamérica

La Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación con las Iglesias ha elaborado una carpeta con información documental para este Día de Hispanoamérica.
Este domingo, las colectas de las Misas se destinarán a ayudar a los sacerdotes de la OCSHA (el año pasado, los españoles colaboraron con 65.560,65 €).
Además, la Eucaristía dedicada a esta Jornada se retransmitirá por La 2 de RTVE (5 de marzo a las 10:30h) desde la Iglesia de San Antón de Bilbao. Será presidida por el obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura, miembro de la Comisión Episcopal de Misiones, y concelebrada por el padre José Mª Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias, y secretario de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación con las Iglesias.

Fuente: OMPEspaña

Abiertas las inscripciones para el campamento de Infancia Misionera

Desde el día 1 de marzo, niños de 3º a 6º de primaria pueden inscribirse al Campamento de Infancia Misionera. Esta segunda edición vuelve de nuevo a la localidad de nacimiento del patrón de las misiones, Javier, en Navarra, y se desarrollará del 25 de junio al 2 de julio.


El campamento de Infancia Misionera es la oportunidad perfecta para aprender a vivir como auténticos misioneros. La entrega, la amistad, el amor, la alegría, la transmisión, salir de uno mismo y vivir para los demás… Una semana para aprender a ser pequeños misioneros mediante juegos, excursiones a lugares mágicos, oraciones, veladas, testimonios… Además será en un entorno natural impresionante que permitirá desarrollar muchas actividades al aire libre. Los monitores de dicha actividad son titulados en tiempo libre, salud y actividades con menores y poseen una amplia experiencia. Además, muchos de ellos han vivido experiencias de misión en África, América o Asia. En 2022 ya celebramos este campamento y salió todo tan bien que Infancia Misionera de España ha apostado por dar continuidad a esta actividad.

El lugar es inmejorable, el Castillo de Javier, cuna del patrón de las misiones. Un castillo que será la ambientación central del campamento y que nos ayudará a conocer mejor la figura de San Francisco Javier. Los acampados pernoctarán en el centro diocesano Javier, un lugar muy cómodo y seguro para pasar una semana inolvidable.

Inscribirse es bien fácil. Solo hay que entrar en www.infanciamisionera.es y buscar la pestaña Campamento 2023. Descarga la documentación (ficha de inscripción y ficha sanitaria). Realiza el ingreso o transferencia en la cuenta bancaria y entrega en tu Delegación de Misiones la documentación y el justificante de pago. Únicamente hay 50 plazas para el campamento. 

Fuente: OMPEspaña

La respuesta de la comunidad cristiana ante el terremoto: apoyo, cercanía, “estamos aquí”

 El director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Turquía, el misionero argentino Adrián Loza, habla en esta entrevista de la situación en la zona del terremoto que ha afectado a este país y a Siria, y cómo la primera respuesta que dio la Iglesia fue “estamos aquí”, de apoyo y cercanía.



La minoría católica de Turquía se enfrenta además a la reconstrucción de algunos templos derrumbados, algo de vital importancia para sostener la vida de fe de esta comunidad, puesto que el gobierno turco solo permite el culto en los lugares que estén destinados al mismo. Después de la ayuda directa prestada a través de Cáritas, la Iglesia no se olvida tampoco de la ayuda más a largo plazo que necesitará la iglesia local para seguir con su tarea evangelizadora. La Santa Sede, a través del Fondo de Emergencia de Obras Misionales Pontificias, está ya dando respuesta a esto. El director de OMP en Turquía lo ha explicado en una entrevista con las OMP en España.


P: Usted ha tenido que vivir esta terrible tragedia de Turquía en la distancia porque no estaba en ese momento en el país.

Sí, ha sido una tragedia terrible, porque ha sido una tragedia inesperada, con consecuencias muy catastróficas, mucha gente muerta, mucha destrucción. Tuve que seguir la situación a través de las noticias que me llegaban directamente de la gente. Como director de la OMP, enseguida recibí peticiones de información, además de ofertas de colaboración. Me puse además en contacto con el director de Cáritas Anatolia, especialmente porque es la zona más afectada. Él también estaba fuera del país, estaba en Italia y cuando recibió la noticia del terremoto buscó el primer avión para volver a su ciudad, que es la ciudad de Iskenderun, la sede del Vicariato de Anatolia. Es donde tiene también a su familia, y es el lugar donde la iglesia más sufrió. Los edificios del Obispado no se cayeron, pero sí se cayó la catedral que es una pequeña iglesia, pero significativa. Al principio sí que hubo comunicación, pero después fue difícil comunicarse porque no había electricidad, evidentemente no había internet. Cuando volvió la señal de la red de celulares había dificultad para cargarlos porque no había electricidad, no había agua, no había gas, estamos en invierno. Ha sido una situación muy, muy difícil.


Me preguntaron de las OMP de Australia qué podía decir del terremoto para llamar a la gente a la colaboración, y lo que se me ocurrió decir es que colaborar con Turquía en esta situación es una cuestión justa, de justicia, porque hay gente que no tiene cómo salir adelante. La Iglesia va a necesitar especialmente ayuda, porque la Iglesia, de todas las instituciones de Turquía, es de las más débiles, y la Iglesia tendrá que hacerse cargo también de ayudar a otra gente a salir adelante.


El obispo de Esmirna, el obispo de la ciudad donde vivo, decía que en Turquía los cristianos somos gente esperanzada en el futuro, precisamente porque la fe nos hace vivir así. A pesar de la tragedia, sentimos que el apoyo que hemos recibido de toda la comunidad internacional, nos va a permitir salir adelante. Aunque la situación sigue siendo muy, muy difícil.


P: Usted nos comentaba que se había derrumbado una catedral, ¿se han visto afectados otros edificios eclesiales o templos?


Estaba muy preocupado por tener noticias de Antioquía. Las ciudades de la provincia de Hatay, Iskenderun, conocida como Alejandreta, y Antioquía son las más afectadas. La ciudad de Antioquía ha sufrido las consecuencias del desastre en modo muy grave. La ciudad de Iskenderun que está a unos pocos kilómetros de distancia del otro lado de las montañas, allá sobre el mar, ha sufrido también grandes daños: el complejo del obispado es un complejo bastante grande, porque era un viejo monasterio carmelita con una escuela, aunque esta ya no pertenece al monasterio, porque fue expropiada.


La iglesia, que funcionaba como catedral (el complejo es la sede del Vicariato Apostólico de Anatolia) se derrumbó en el primer momento. De hecho, la noche del terremoto, yo volvía a mi casa y al abrir la computadora vi en la página de Facebook un pequeño video ‒que había podido subir el padre jesuita que está ahí‒ con la catedral de noche ya derrumbada. Al inicio no entendía muy bien que sucedía. No ponía en el pie del video “terrible terremoto”, simplemente “nuestra catedral no existe más”. Cuando comencé a leer las noticias del terremoto, entendí lo que había sucedido. Es una sensación muy extraña porque hasta el día anterior había celebrado la misa con la gente; en esa catedral. Es ver un video donde un lugar querido, no solamente por nosotros, sino por la gente, de un momento a otro desapareció.


Y los edificios de las iglesias son significativos e importantes. Evidentemente, cuando la Iglesia y toda la comunidad de los católicos y de los cristianos se movilizaron en Turquía, no pensaron en el edificio que se había derrumbado, lo primero que pensaron fue en ayudar a la gente y eso continuaron haciendo hasta el día de hoy, especialmente a través de Cáritas. Pero pensando en el futuro, junto con ayudar a la gente a salir adelante, el edificio tendrá que ser reconstruido, sin duda. Porque en Turquía para que la Iglesia pueda funcionar hace falta que exista un edificio, que se parezca o que sea una iglesia, porque ese edificio es reconocido como un lugar de culto ,y viene respetado con algunos derechos que le son concedidos como lugar de culto, y eso nos permite a nosotros estar. Si no tuviéramos una iglesia física donde la gente pudiera venir, nosotros tampoco podríamos estar sirviendo a la gente. Así funciona Turquía. Por eso, el edificio, aunque parezca paradójico, es también importante, porque le da a la gente la posibilidad de juntarse, de celebrar y expresar su fe. Alguno podría decir “bueno, pero la iglesia podría ser reconstruida con el tiempo, si hubiera los fondos, etc.”. Sí, es verdad, no será lo primero que haremos, pero tendremos que hacerlo en un momento.


P: ¿Qué importancia le concede a la decisión de la Santa Sede de crear un fondo de emergencia en Obras Misionales para la evangelización y la reconstrucción de los templos?


Es una cosa muy importante para nosotros, porque la Iglesia católica en Turquía no solamente es una pequeña minoría, sino que especialmente el Vicariato de Anatolia es pobre de medios, porque los cristianos son pocos, nosotros nos sostenemos con las ayudas que recibimos. Antes de vivir en la ciudad de Esmirna, viví en una pequeña ciudad del norte de Turquía, sobre el Mar Negro, una comunidad que se dedicaba al trabajo con los refugiados, especialmente iraquíes. Ahí tenemos solamente la iglesia, una pequeña iglesia muy pequeña, muy pequeña, construida de ese tamaño, porque en el 1840, cuando los frailes capuchinos pidieron permiso para construirla, el sultán les dijo “bueno, hagan la iglesia y la hacen de este tamaño”. Y dio las medidas el sultán, ni siquiera la construimos nosotros por voluntad propia. Dijo: “Hagan una iglesia de 8x 12”, y no más grande, la pueden hacer hasta ese tamaño; y por eso es así, chiquitita. En el “firmán”, que es el documento emanado por el Sultán, están escritas las medidas, en el mismo documento oficial. Con los años se pudo construir una casa de acogida, pero no tiene otra posibilidad, no tiene otro ingreso.


Hay iglesias en Estambul que tienen algún local que pueden alquilar y con eso generar recursos para el mantenimiento de toda la estructura, y la vida, y también las actividades. En aquel entonces si no recibíamos ayuda que nos permitiera tener la Iglesia abierta, vivir y ayudar a la gente, era muy difícil vivir porque la comunidad es muy pequeña. No son suficientes los recursos que se puede generar. Junto con eso, hay que entender que en Turquía las actividades religiosas tienen que ser siempre dentro del templo, no podemos hacer actividades externas, porque pueden ser leídas como propaganda, como proselitismo, y eso ya nos pone en peligro. Todo lleva a que la Iglesia tenga que ser ayudada de algún modo a salir adelante. Nosotros no podríamos como Iglesia hacer frente a una cuestión semejante, porque reconstruir un templo no es poco dinero. Si no fuera con las ayudas que recibimos, especialmente de las OMP, sería muy difícil.


P: En esta situación tan terrible en que le ha tocado vivir al pueblo turco, ¿cuál es la respuesta de fe, qué palabra de consuelo puede dar la Iglesia a los afectados cuando se te ha venido el mundo encima, literalmente?


La primera respuesta que la Iglesia dio fue “estamos aquí”, a través de Cáritas y con los voluntarios. En ese sentido, fue una respuesta de acompañamiento humano, porque el pueblo se unió e hizo frente a la situación sin ningún tipo de distinción de religión. Es decir, nuestros voluntarios, que muchas veces sufren el hecho de ser cristianos en un país musulmán, no dudaron en viajar al sur de Turquía para dar una mano, sin mirar que posiblemente estaban ayudando a alguien que en otra situación los hubiera agredido. Así que la primera respuesta, fue una respuesta de cercanía humana, de servicio, de atención, de acompañamiento, de rescate, de considerar la vida como una prioridad. No sé si hemos tenido tiempo de hacer el duelo, en medio de de la demolición que ha quedado, que ha resultado de los edificios que se han caído. El panorama es un poco desolador. Habrá que atravesar el dolor y hacer el duelo de esto.


Y la Iglesia, evidentemente, como decía al principio, muestra que hay esperanza; podremos reconstruirnos, ayudar a la gente, y a nosotros mismos, como comunidad, como iglesia, decir: el Señor está en medio de esta situación. Tendremos que ver cómo el Señor se hace presente y como Él los ayudará a salir adelante. La fe mueve montañas y la oración nos ayuda a mover las montañas. Así que muchas gracias por la oración, porque es muy importante.


El director de OMP en Turquía, Fray Adrián Loza es argentino. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores en 1991 y se ordenó sacerdote en 2002. En 2014 llegó a Turquía como miembro de la Fraternidad Internacional para el Dialogo Interreligioso y Ecuménico de Estambul. En 2017 fue designado superior de la Comunidad de Samsun en el Vicariato Apostólico de Anatolia, reabierta después de un período de 10 años cuyo trabajo principal fue la atención de refugiados iraquíes, además del trabajo con la población local turca. En 2021 fue enviado a la ciudad de Esmirna donde es Administrador parroquial de la Parroquia Santo Nombre de Maria en Bornova. Desde hace 5 años dirige las Obras Misionales Pontificias en Turquía.


Fuente: OMPTurquia