Lisieux se convierte este domingo en la
capital misionera de la Iglesia con la celebración de la Solemnidad de Santa
Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones. Hace 20 años el Papa Juan
Pablo II la declaraba Doctora de la Iglesia. Fue el 19 de octubre de 1997, el
Domingo Mundial de la Propagación de la Fe, el DOMUND, de aquel año.
Las celebraciones de estos próximos días
estarán presididas por el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, arzobispo de
Manila y miembro de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos,
además de presidente de Caritas Internacional.
El programa se extenderá desde mañana
sábado hasta el próximo 8 de octubre. Mañana, la víspera de la fiesta, tendrá
lugar a las 20:30h el traslado de las reliquias de Santa Teresa desde el
Carmelo de Lisieux hasta la Basílica, en preparación a la procesión del día
siguiente. El domingo, tras la Misa solemne en la misma Basílica, celebrada por
el cardenal Tagle, los fieles llevarán en procesión por todo la ciudad de
Lisieux las reliquias de la Patrona de las Misiones hasta la catedral de la
ciudad.
Durante la próxima semana se sucederán las
celebraciones litúrgicas, los momentos de oración, las conferencias como la del
martes, “El combate espiritual de Teresa”, o la del jueves, “Después de mi
muerte…”, viacrucis, exposiciones eucarísticas e incluso una jornada dedicada a
los discapacitados, el sábado 7 de octubre.
Nacida el 2 de enero de 1873 en Alençon,
también en Normandía, como Lisieux, Teresa cumplió su sueño de entrar en el
Carmelo de Lisieux el 9 de abril de 1889. Por orden de su superiora, escribió
sus experiencias espirituales en tres manuscritos que, unidos, se publicarían,
tras su muerte, con el título “Historia de un alma”. Contrae la tuberculosis, y
tras una larga agonía, fallece el 30 de septiembre de 1897. Tenía sólo 24 años.
Muy unida a dos misioneros franceses en
Asia, a los que escribía, durante su vida en el Carmelo, sintió crecer en sí
misma la vocación apostólica y misionera, que la impulsó a llevar a todos hacia
el encuentro con Jesús. La irradiación espiritual de Santa Teresita de Lisieux
tras su muerte fue increíble. Congregaciones y movimientos, sobre todo en los
países de misión, la eligieron como su patrona. Se dedicaron a Dios, bajo el
patrocinio de esta santa, catedrales, basílicas, santuarios e iglesias en todo
el mundo. En 1927 fue declarada patrona de las misiones. En 1944, patrona de
una Francia que apenas empezaba a ver la luz tras una guerra terrible.
En 1997 era declarada doctora de la Iglesia,
porque Teresa, como explicaba el Papa Juan Pablo II, “recibió una iluminación
particular sobre la realidad del Cuerpo místico de Cristo, sobre la variedad de
sus carismas, dones del Espíritu Santo, sobre la fuerza eminente de la caridad,
que es el corazón mismo de la Iglesia, en la que ella encontró su vocación de
contemplativa y misionera”.
Fuente: OMPREES ESPAÑA