martes, 15 de octubre de 2019

LA CULTURA TAMBIÉN PARA LOS POBRES DE LOS ANDES

En el año de 1992, en el mes de octubre la Comunidad de Religiosas HERMANAS DE LA CARIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN y yo el P. Pedro Rosón Martín de Zamora iniciamos una Misión en la Diócesis de Chachapoyas en el Departamento de Amazonas de Perú donde  está el Obispo Ángel Francisco Simón Piorno  también zamorano.. Partimos juntos en el mismo vuelo desde Madrid.
Me  encomiendan una zona de 90 pueblos de la Cordillera de los Andes, entre los 1500 y 3.500 m  s.n.m. La mayoría de los pueblos hay que recorrerlos a pie o a lomos de mula, con distancias hasta de 12 horas de camino. 
La Comunidad de Religiosas tiene una parte de esa zona.
Mi primer descubrimiento en las visitas iniciales es que veo niños, con signos de inteligencia que quedan encerrados entre aquellas  grandes montañas. No tienen posibilidades de hacer su Secundaria. En el pueblo en el que yo tengo mi residencia la casa es muy grande y hay enfrente un Colegio de Estudios Secundarios.
Preparo unas habitaciones, busco a un matrimonio para que les acompañe y cuide de ellos y abro un Internado para 14 adolescentes varones y mujeres de los pueblos de la Cordillera.
Los comienzos son duros, no tengo camas, duermen en el suelo, cosa que a algunos no lo extrañan pues así duermen en sus casas, ellos tienen que prepararse su comida, hacer el pan y cuidar de un pequeño huerto con su granja donde poder conseguir los alimentos. Les monto un pequeño taller de carpintería donde aprendan a construir sus propios muebles.
Todo ello en un ambiente de familia y de alegría. Esta experiencia la iniciamos en otros dos pueblos, uno de ellos donde se ha instalado la Comunidad de Religiosas. 
Cuando van terminando su Secundaria descubro el problema de qué hacer con aquellos jóvenes; ¿regresarlos a sus pueblos? , ¿para qué servía todo este esfuerzo?, para enterrarlo otra vez entre las montañas?
Pienso entonces en comprar una casa en la ciudad de Chachapoyas donde en ese tiempo están también creando una Universidad Pública, para que puedan completar su formación profesional con los Estudios Superiores. Encuentro una casa grande por la que me piden en aquellos años $12.000 que equivalían a dos millones de pesetas.
Vengo a España de vacaciones y la Providencia me pone en el camino al Director de Caritas de Zamora D. Domingo Dacosta, quien después de un abrazo fraternal como saludo me dice sin haber hablado del proyecto:” Te voy a dar dos millones de pesetas en dos años, del dinero que tenemos que entregar al Tercer Mundo. Sé que tú lo vas  emplear bien”. Le hablo del proyecto que tengo de comprar la casa para ese proyecto educativo, y que es justamente lo que me cuesta. “Cuenta entonces con ese dinero, el próximo año cuando vuelvas te doy el resto”, me dice.
Al regreso a Perú compro la casa grande apalabrada de 400ms  con 700 de huerta; la apropiada al Proyecto. En el huerto pueden hacer sus prácticas los que hagan agropecuaria.
Abro el internado mixto con los chicos que van saliendo de los tres internados de los pueblos.
Con el tiempo se ha conseguido una gran mejora en su infraestructura. Arquitectos sin Fronteras de Valladolid, en tres fases, nos ha levantado dos pisos toda la casa donde residen 20 jóvenes de ambos sexos, al cargo  de un excelente matrimonio, que voluntariamente vive allí entregado a la formación integral de estos jóvenes.
Todos los años terminan 2 ó 3 siendo profesionales con un compromiso a su partida de llevar a un familiar suyo al internado y costearles ellos los estudios.
Ya hace un tiempo que hemos empezado a recoger los “frutos”; además de ver cómo se van formando jóvenes, pobres y humildes del Perú Profundo que es el mundo de la Cordillera, hoy la joven  responsable en la  Universidad del Area pecuaria es una de las primeras formadas que salieron de este Internado. Y un joven hizo el proyecto fin de carrera  de convertir el abono orgánico en combustible. Allí lo ha dejado instalado en la casa, con lo que el ahorro de gas para cocinar es grande.
El informe fotográfico es solo una visión externa del clima de familia y de responsabilidad que se vive a diario en el proceso de formación de estos jóvenes. Hay una Religiosa de esa  Comunidad mencionada, Emilia Sánchez, extremeña, que va alentando, agrandando y dando calidad humana y creyente a este proyecto. Este sí que es una gran CADENA DE BONDADES.