Mis queridos conterráneos de esa maravillosa y querida provincia de
España: Siempre se encuentra uno con alguien en la vida que está vivo y que quiere ayudarnos a vivir
Es buenísimo compartir. Compartir todo: materiales de
trabajo, comida, ropa, alegrías, preocupaciones… Quedamos súper aliviados
cuando compartimos, nos pesa menos la vida; caminamos con más estilo, con arte
-como yo les digo a nuestros alumnos: nosotros somos una maravilla de Dios y
todo lo que hacemos tiene que reflejar esa maravilla que somos, todo tiene que
reflejar ARTE, BELLEZA-
Comparto con vosotros la alegría de vivir en una tierra
donde la mayoría pasa hambre, hambre de pan porque sólo unos cuantos, muy
pocos, comen hasta saciarse, los otros buscan con muchísimo interés un trabajo
para poder comprar un pan para sus hijos que por señal son muchos. Otros muchos
buscan en los contenedores de la basura garrafas de agua para vender y meter en
ellas el petróleo o la quisangua bebida que hacen con millo y, al fermentar,
sirve de alimento y de hidratación
Mas, no solamente hay hambre de pan, existe mucha hambre
de Dios y se procura –me atrevo a decir- con más fuerza que el pan.
Aquí no tienes tiempo para descansar porque siempre te
buscan. Los tiempos fuera del trabajo profesional: colegio, hospital, estudio…
están sin líneas blancas para otra actividad. Te procuran para formarlos en una
alianza matrimonial divina porque, ellos, por cultura, hacen alianzas
familiares sin más pero cuando descubren que hay alianzas más fuertes, aderen
fácilmente a ellas; hay muchos matrimonios de facto pero lo que les falta es la
bendición de Dios y la procuran con entusiasmo.
Las catequesis, tanto de niños como de adultos, están
llenas; los niños en las escuelas participan con mucho entusiasmo si es que no
se duermen porque van a ellas sin poder meter en la boca algo que le abastezca
la glucosa que necesita su cerebro. Hay muchos niños que no pueden ir a la
escuela porque sus padres los necesitan para que les lleven algún dinero para
casa y lo ponen donde hay un señor que le ofrece 200 kuanzas
(0,5€) por cinco horas de trabajo en una pedrera, o se dedican a vender
saquitos de agua por las calles que ya se imagina la ganancia. Muchos
adolescentes intentan vender alguna cosa por las calles sólo para llevar algo
para sus familiares.
Nuestra Congregación, desde España, trabaja para ayudar a
las familias pobres que no pueden poner sus hijos a estudiar por falta de
dinero.
Apostamos en este campo porque es fundamental y, además,
merece la pena apostar en él porque valoran
mucho esta suerte que así le llaman. Es una gotita de agua en el océano
esta ayuda pero esta gotita con otra gotita…
Nosotras aprovechamos los poquitos huecos que encontramos
para enseñar a coser, hacer zapatitos, pastelería para que un día puedan vender
y sacar un dinerito para comer.
Los hospitales… el día que sólo muere una persona en
urgencias, donde trabaja una hermana nuestra como enfermera, ese día llega a
casa feliz.
Como ven, aquí hay mucho campo para trabajar, nos faltan
muchas cosas pero con vosotros es más fácil.
De antemano os damos infinitas gracias por vuestra
colaboración. No olvidéis que, aunque sea poco, es muy valioso si se da con
amor porque lo que falta lo pone Él en este caso. Tenemos experiencia de esto.
Mismo en nuestro trabajo, no es posible que la gente goce
tanto con lo que le decimos o hacemos si no fuera Él a decir por nuestra boca o
a hacer con nuestras manos.
Feliz mes extraordinario de misiones y que cada día
aumente en todos nosotros, ese deseo de servir, sobre todo a los pobres.
Un fuerte abrazo para cada uno de mis zamoranos que somos
maravillosos.
Hª Juana Mª Domínguez Ferrero, HVD