miércoles, 9 de octubre de 2019

QUÉ BUENO ES COMPARTIR

Mis queridos conterráneos de esa maravillosa y querida provincia de
España: Siempre se encuentra uno con alguien en la vida que está vivo y que  quiere ayudarnos a vivir

Es buenísimo compartir. Compartir todo: materiales de trabajo, comida, ropa, alegrías, preocupaciones… Quedamos súper aliviados cuando compartimos, nos pesa menos la vida; caminamos con más estilo, con arte -como yo les digo a nuestros alumnos: nosotros somos una maravilla de Dios y todo lo que hacemos tiene que reflejar esa maravilla que somos, todo tiene que reflejar ARTE, BELLEZA-


Comparto con vosotros la alegría de vivir en una tierra donde la mayoría pasa hambre, hambre de pan porque sólo unos cuantos, muy pocos, comen hasta saciarse, los otros buscan con muchísimo interés un trabajo para poder comprar un pan para sus hijos que por señal son muchos. Otros muchos buscan en los contenedores de la basura garrafas de agua para vender y meter en ellas el petróleo o la quisangua bebida que hacen con millo y, al fermentar, sirve de alimento y de hidratación

Mas, no solamente hay hambre de pan, existe mucha hambre de Dios y se procura –me atrevo a decir- con más fuerza que el pan.

Aquí no tienes tiempo para descansar porque siempre te buscan. Los tiempos fuera del trabajo profesional: colegio, hospital, estudio… están sin líneas blancas para otra actividad. Te procuran para formarlos en una alianza matrimonial divina porque, ellos, por cultura, hacen alianzas familiares sin más pero cuando descubren que hay alianzas más fuertes, aderen fácilmente a ellas; hay muchos matrimonios de facto pero lo que les falta es la bendición de Dios y la procuran con entusiasmo.

Las catequesis, tanto de niños como de adultos, están llenas; los niños en las escuelas participan con mucho entusiasmo si es que no se duermen porque van a ellas sin poder meter en la boca algo que le abastezca la glucosa que necesita su cerebro. Hay muchos niños que no pueden ir a la escuela porque sus padres los necesitan para que les lleven algún dinero para casa y lo ponen donde hay un señor que le ofrece  200 kuanzas  (0,5€) por cinco horas de trabajo en una pedrera, o se dedican a vender saquitos de agua por las calles que ya se imagina la ganancia. Muchos adolescentes intentan vender alguna cosa por las calles sólo para llevar algo para sus familiares.
 
Nuestra Congregación, desde España, trabaja para ayudar a las familias pobres que no pueden poner sus hijos a estudiar por falta de dinero.
Apostamos en este campo porque es fundamental y, además, merece la pena apostar en él porque valoran  mucho esta suerte que así le llaman. Es una gotita de agua en el océano esta ayuda pero esta gotita con otra gotita…

Nosotras aprovechamos los poquitos huecos que encontramos para enseñar a coser, hacer zapatitos, pastelería para que un día puedan vender y sacar un dinerito para comer.

Los hospitales… el día que sólo muere una persona en urgencias, donde trabaja una hermana nuestra como enfermera, ese día llega a casa feliz.

Como ven, aquí hay mucho campo para trabajar, nos faltan muchas cosas pero con vosotros es más fácil.

De antemano os damos infinitas gracias por vuestra colaboración. No olvidéis que, aunque sea poco, es muy valioso si se da con amor porque lo que falta lo pone Él en este caso. Tenemos experiencia de esto.
Mismo en nuestro trabajo, no es posible que la gente goce tanto con lo que le decimos o hacemos si no fuera Él a decir por nuestra boca o a hacer con nuestras manos.

Feliz mes extraordinario de misiones y que cada día aumente en todos nosotros, ese deseo de servir, sobre todo a los pobres.

Un fuerte abrazo para cada uno de mis zamoranos que somos maravillosos.

Hª Juana Mª Domínguez Ferrero, HVD